PRESENTACIÓ

Enguany encetem el blog de la biblioteca on hi trobareu diversos materials i recomanacions que us poden ser útils i que complementen la nostra aportació al site web que la biblioteca té dins la pàgina de l'escola.
Esperem que ho passeu bé i que en pogueu treure profit.

diciembre 16, 2010

Taller de lectura 3r d'E.S.O i web 2.O

Completem la digitalització de les nostres assignatures ara amb la preparació del site per al taller de lectura i escriptura que fem a tercer d'E.S.O que estarà operatiu després de Nadal i que junt amb el Moodle de 4t conformen la nostra oferta formativa des de les noves tecnologies en la nova línea pedagògica que incorpora les TIC i la Web 2.O a l'aprenentatge per fer-lo més significatiu per als nostres alumnes i per que la cultura pugui seguir arribant-los a través d'aquests nous mitjans.

diciembre 14, 2010

Rebeu els nostres millors desitjos per aquestes festes !!

Centenario de Miguel Hernandez (Orihuela, 30 de octubre de 1910 – Alicante, 28 de marzo de 1942)

Centenario de Miguel Hernandez 

El niño yuntero.
Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.

Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.

Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.

Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.

Empieza a sentir y siente
la vida como una guerra,
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.

Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador

Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.

A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñído,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.

Cada nuevo dia es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.

Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.

Me duele este niñó hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.

Lo veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.

Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.

¿quién salvará este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿de dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?

Que salga el corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.